Siempre he disfrutado el como las hojas de las jacarandas adornan el suelo de la CDMX, pero ese día fue distinto íbamos caminando de regreso a su casa sobre la alfombra que las hojas de jacarandas formaban, mientras discutíamos acerca de un tercero sobre el cual yo tenía dudas de infidelidad (al final resultaron ciertas), yo no quería forzar nada con ella, quería que aquello fuera sincero y sin ataduras, al final la discusión terminó en darnos un tiempo de el cual no volvimos, la llevé a su casa y me despedí de ella agradeciéndole todo lo vivido y compartido sin ningún rencor pero con el alma destrozada, al día de hoy estoy en una relación con una persona que vale totalmente la pena y a la cual quiero con cuerpo y alma.
Quiero agregar que El Príncipe y sus bellas melodías formaron parte de cada una de las etapas y momentos por los cuales pasé. Gracias Príncipe!